lunes, 18 de febrero de 2008

29/11/08


Hoy toca viajar todo el día. Nos vamos a Danang al aeropuerto para tomar el avión que nos llevará a Hochimin. En el avión nos preocupamos porque no sabemos como lo haremos n hochimin para pasar de nacional a internacional, ya que de ahí tomamos otro avión que nos lleva a Cambodia. Esto si que es el yoga y pensamos, cuando lleguemos ya veremos. Alucinante. Mientras yo espero que salga el equipaje, Carlos se da de narices con un tipo que lleva un cartel con mis apellidos y amablemente somos conducidos y depositados en internacional. Allí ya tranquilos esperamos el avión que nos llevará a Sen Riep. Llegamos a la Costa de Vietnam con temporal tropical de la leche y cuando nos hemos ido hemos dejado un tiempo buenísimos. Desde luego no se puede planificar nada, porque a lo mejor si no hubiera sido por el temporal, hno hubiéramos conocido a Ruben ni hubiéramos confraternizado con Little Fish…

veintiochodenoviembre




Nos despertamos en el nuevo hotel ¡viva la diferencia! Desayuno y a las 8 una moto nos lleva al embarcadero donde tomaremos el barco que nos llevara a lo largo del río Perfume. La primera parada en la pagoda de Thien Mu. Es preciosa, aquí vemos monjes. Segunda parada media hora después, la Tumba de Tu Duc. Espectacular, solo que los trabajos de restauración van lentos, restaurar estas obras monumentales tiene su guasa. Esta la diseñó el mismo Tu Duc y la empleba de residencia también. La tercera parada, pasamos de pagar y nos damos un corto paseo. La cuarta parada , la tumba de Minh Mang, alucinante también y sus jardines nada que envidiar a los franceses, aunque menos cuidados. Vamos a toque de corneta y no da tiempo de verlo todo. En la 5 parada nos llevan en moto a la entrada de la tumba que vemos por fuera. Nos entra el mono del verde y decidimos no entrar tampoco y volver paseando. Muy agradable. En el barco hemos conocido a una pareja de Zaragoza y ella dice conocerme del ayuntamiento. Por la tarde noche hemos quedado con Ruben en el Little y nos despedimos. El ya sube hacia el norte para luego pasar a China. Le hablamos de Sapa (que suerte que va hacia allá) nosotros tenemos muy claro donde iríamos de volver a Vietnam… Nos cuenta ruben que ha estado en una playa (la que hubieramos visto ayer de no ir al mercado) la de Tham Am donde le han invitado a un velorio y me pone los dientes largos. Bueno lo del mercado y la paella no lo cambio por nada!

27 noviembre 2008



Abro el ojo a las 6. Afortunadamente he dormido de un tirón. Nos vamos sin ni siquiera ducharnos (tantas ganas tenia de irme). El nuevo hotelito es un 5 estrellas en comparación con la pensión. Una buena ducha y todo empieza a cambiar. Salimos a la calle en busca de un sitio para desayunar, nos confundimos de calle y decidimos entrar en el primero que encontremos, entramos y ¡sorpresa! Nos econtramos a Ruben, el chico de Vitoria que conocimos en hoian. Nos cuenta que lo tienen medio de acogida y en agradecimiento les quier hacer una paella y una tortilla de patatas. Así que cambiamos excursión a la playa por visita al mercado que resulta de lo mas interesante. Disfrutamos regateando precios (llevamos chuleta con los precios que debemos pagar, asi ya se puede) Las mujeres del mercado no entiende donde van tres occidentales con compra ¿dónde las cocinais? Con Ruben aprendemos un poco a negociar el precio. Enseñar el dinero es fundamental una vez que lo ven se puede intentar rebajar el precio. A veces no se puede porque son orgullosos y creen cobrar el precio justo y a nosotros no nos gusta abusar…
A las 6 es la cita el rest. “Little Fhis”. Carlos y Ruben se meten en la cocina y comienzan a preparar la paella. La cocinera toma notas y el dueño amigo también. Tiene el rest. Con su primo y son Vietnamitas pero él con 18 años se fue a Australia, por eso entiende a viajeros como Rubén y les ofrece su casa a cambio de nada…
La cena un éxito. Tenemos Fotos del momento. Otra jornada también especial y completa

20 y seis



De camino a Hué, el autobús hace parada de media hora en la montaña de mármol. Son cuatro horas de viaje al final. Bajamos en la estación de autobuses que se supone que está cerca de la pensión que hemos elegido. Cargados con las mochilas vamos caminando, pero la distancia es directamente proporcional al peso que llevas encima de las espaldas. Constantemente somos abordados por hombres ofreciendo hotel, bicibay, moto y nosotros no,no,no, Carlitos casi pierde los nervios. La verdad es que cansa bastante tener que estar todo el día igual. Es lo peor de Vietnam, se buscan la vida y son muy plastas y aquí un poco más agresivos… Llegamos a la pensión y casi me da algo ¡Aj! Cutre que te pasas podría pasar si no fuera por la olor a humedad, me ahogo, cerrada a cal y canto, alambres en la ventana, imposible abrir, Aquí casi de hundo. Hago mutis y me concentro. Nos vamos rápidamente a buscar un sitio para comer y hablando se me pasa el mal rollo. Decidimos no quedarnos y buscar otro lugar en la guía. Nos apetece naturaleza, monte, ya que el mar no ha podido ser. Vamos a preguntar por excursión al parque natural de Bach ma y nos dicen que imposible. Está intransitable después del tifón… así que nos dedicaremos a ver tumbas y pagodas bajando por el río Perfume. Vemos la Ciudadela. Ciudad Imperia, 10 km de perímetro, como se sobraban, en todas partes cuecen habas. Atardece en la Ciudad imperial y Carlos se asoma al balcón al que se asomaba el emperador y le hacen una foto con sus melenas al viento. Esa cenamos escuchando música tradicional Vietnamita muy auténtica. Duermo como puedo esperando que llegue mañana para cambiarnos de hotel.

veinticinco



Tercer día en hoian y sigue lloviendo. Desde luego no se puede hacer planes. Es el último día y lo dedicamos a ver bien hoian que es bien bonito a pesar del barro y la lluvia. Visitamos alguna casa antigua y centros de reunión de familias. Por la tarde nos despedimos del café bobo y hacemos risas (como todos los días) por culpa del idioma. Pedimos ración calamares y nos traen arroz, finalmente lo solucionamos haciendo un dibujo. Mañana cambiamos de ciudad y nos vamos a Hué.

la luna está en 24



Hoy tenemos excursión a My Son. Hemos tenido la gracia de alquilar un coche en lugar de tomar el bus y así hemos llegado los primeros y por lo menos una parte lo hemos visto solos! Porque al cabo de una hora aquello parecía la m30. Eran templos Cham con influencia de India, Java… Pequeños pero con mucha carga. Por la tarde en hoian paseamos por el puente japonés y alrededores. Llueve otra vez. Esa tarde tomamos un té con el d Adahuesca que se trae a Rubén, un chico de Vitoria que ha conocido en el hotel y que lleva dos años viajando en bicicleta por Asia, Australia, Nueva Zelanda… Cambiamos el té por unas cañitas en un garito donde coincidimos con cuatro gallegos muy salaos y montamos tertulia. Alemanes, polacos, vascos, gallegos, italianos, 1 de Adahuesca… es otra de las cosas buenas de viajar.
Antes de las cañas hemos coincidido en un callejón con un abuelo que dormitaba en su casa sobre un camastro. Estas gentes viven de cara a la calle, todo abierto. Desde fuera se puede ver perfectamente sus camas y altares donde rinden culto a sus antepasados. Parece ser que en Vietnam para el Año Nuevo entre enero y febrero creo, invitan a los espíritus de sus muertos y así celebran todos juntos la fiesta ¡que majos! Bueno, pues el abuelo en cuanto nos ha visto mirar sus barquitos de hojalata, ha salido inmediatamente a vendernos (hemos comprado, claro) ¡la de cosas que nos hubiera podido contar este hombre de haber hablado su idioma! Nos conformamos con sentirlo. El día como todos da para mucho

y es 23


Pués no. Nos levantamos y llueve a cantaros pero ¡tampoco nos importa! Y después del desayuno nos vamos a la playa vestidos para la ocasión con capelinas hasta los pies y paraguas. Una hora y media de paseo bajo una manta de agua. Nosotros desde luego sí tenemos moral (que rima con temporal pero tropical) ¿Sera el yoga? Por fín llegamos a la playa. Desde luego sin lluvia y con sol debe ser la hostia. Enorme, palmeras casi hasta la orilla ¡mis masajes! Nos da para hacer foto y volvernos. Nos confundimos de calle y la hora y media se convierte en dos, así nos hacemos 8 Km. En casi cuatro horas antes de comer. Nos vamos a comer otra vez a “Mes amís” y la comida nos pone en paz con el mundo. Decicimos por unanimidad que es el mejor de todos los rest. Comes lo que el cocinero quiere (a elegir entre verduras ó carne y pescado) Para bajar la comida volvemos paseando a recoger un dvd con fotos que hemos descargado Buscando el sitio de marras llegamos otra vez casi hasta la playa, así que entre la mañana y la tarde nos hemos hecho casi 16 km. Llegamos muertos al hotel nos cambiamos y salimos a por un té. Siempre buscamos lo positivo, así que decidimos que la lluvia hace que haya pocos turistas (se debe de poner abarrotao cuando no es época de lluvias como ahora) También coincidimos con luna llena que es cuando celebran la “noche legendaria” y vemos como en todas las tiendas en la entrada como preparan altarcillos con ofrendas (incienso, velas, tabaco, dinero, flores, comida…) y hacen pequeñas hogueritas quemando papelitos escritos.

22 de mismo mes, vamos...




Hoy por la tarde salimos hacia la costa, hacia hoian. Nos esperan cinco días de relajación al sol en playas tropicales. Pero… oscuros nubarrones se cernían sobre nuestras cabezas!
A las 16,30 estamos en el aeropuerto de hoian donde nos espera un taxi que nos llevará al hotel. El chofer nos espera con un cartel en las manos en el que se lee CARLOS. Nos encanta (por una vez…) hoian nos recibe con lluvia, pero no nos importa. Después del hotel paseo por la ciudad a la que llaman la venecia de Vietnam, realmente es preciosa a pesar de estar medio inundada por las lluvias, cosa que tampoco nos importa! Entre otras cosas hoian es famosa por sus sastrerias y en una de ellas coincidimos con uno de ¡adahuesca! Joeeeer que pequeño es el mundo. Terminamos cenando ssssstupendamente en el restaurante mes amis. Luego llamadica a padres que no se lo esperaban ¡que majicos! Hoy el día ya no da para más así que nos acostamos a ver si mañana luce el sol.

y hoy es 21 de noviembre...




Hoy por la mañana dejamos la isla y volvemos al barco y una vez más ¡que pasada! Disfrutamos de nuevo de la visión que nos ofrece la bahía de halong esta vez bien despejado.
De vuelta en el hotel de Ha noi nos espera una sorpresa. Por circunstancias totalmente ajenas a nosotros no nos han guardado habitación para esta noche y la señora nos ofrece amablemente la suya ¡donde vive con su marido! Para que nos aseemos mientras nos preparan una “habitación” en lo más alto, Resulta ser el cuarto de uno de los chicos que trabajan en el hotel y el cual se instala en el sofá del descansillo-salita del hotel. Aquella noche fuimos visitados por algo… algo que corría por la habitación, esa habitación llena de maletas y bolsas. Tan pronto “algo” estaba debajo de la cama como en la puerta donde estaban nuestras mochilas. Mientras Carlos dormía plácidamente, yo imaginada que podía ser aquello que tan rápidamente recorría la habitación. Finalmente imaginé que se trataba de uno de los gatitos que rulaban por el hotel y así conseguí dormirme, nunca lo sabré.
Como nada permanece, por fín amaneció y abandonamos aquel cuarto…

20 de noviembre, o asin...

Creo que es la primera vez que duermo en un barco de estas características. A las 5,3 a.m. abro el ojo y como no puedo dormir más me subo a cubierta y ¡en buena hora! Porque ver amanecer en la bahía de halong es alucinante. Que cantidad de sensaciones, el silencio, la brisa, la humedad. Carlos ha subido detrás de mí y ya está haciendo fotos. Nos viene a visitar un amigo…
A las 7 a.m ya tenemos agua caliente así que ducha y a desayunar. Nos llevan a la isla más grande de la Bahía, Cat ba. Los cinco pasajeros que haremos noche en la isla somos introducidos en una furgoneta y nos llevan camino de la población donde está el hotel. La ruta nos permite ver que la isla es muy frondosa y verde (nos acordamos de el Hierro). La de caminos que tiene que haber para perderte, pero llegaremos a la conclusión que es muy difícil moverte de una manera autónoma. A mitad de camino paramos y dejando las mochilas en el microbús nuestro guia “nos lleva de excursión” por el parque natural de la isla. Empezamos a subir escaleras absolutamente imposibles que nos llevaran finalmente hasta la parte más alta de la isla ( 330m) El último tramo más que subir trepamos por rocas y al final sudando por todos los poros de mi cuerpo ¡sorpresa! 200 turistas en la cima asfixiados como nosotros (hacía un sol de juticia) mirándonos unos a otros y todos pensando lo mismo… ¡que no suban maaaaas! Pero, subimos a la parte más alta de una torre de forestal y ¡oh! Todo se olvida, el calor, la gente, el cansancio, ahora solo disfrutar de las vistas, de la soledad, del silencio otra vez. Todo merece la pena en este país porque al final siempre hay algo fabuloso.
Una vez en el hotel comemos y por la tarde a encontrar las playas (hay tres ) a cual más bonita. Nos quedamos en la segunda. De camino hemos visto las casas flotantes, son pescadores y también les vemos salir en su barcas a toda la familia. En la playa hay poca gente, nosotros y algún turista más incluidos un grupo de vietnamitas chillones (luego dicen de nosotros)Bañito en el mar de china y vemos oscurecer mientras a Carlos le dan un fantástico masaje. Yo, tan espabilada y prudente como siempre (como ya es tarde) decido dejar lo de los masajes para cuando lleguemos a Hoian. Comenzamos la vuelta por el camino que rodea la costa y vemos y sentimos anochecer (otra vez subidón) La verdad es que la isla nos encanta y no nos hubiera importado quedarnos hasta cansarnos. Por la noche pasamos un rato con una pareja de actores italiano-suizos a los que hemos conocido aquí. Llegamos paseando, dejándonos llevar por una música de percusión y flauta hasta una fiesta, que resulta ser una boda. Vemos desde fuera a los novios de pié y envueltos literalmente en gasas (eso nos parece) fuera están los músicos y los invitados. Un grupo de hombres nos invitan a sentarnos, están bebiendo algo en la calle. Finalmente decimos que no, que gracias. Así terminamos otro día también genial

19 de noviembre




De madrugada hemos vuelto a Ha noi y a las 8 a.m. llega el autobús que nos llevará a la Bahía de Halong, no sin antes dar una vueltecica de 30 minutos por la ciudad recogiendo viajeros como nosostros. El viaje que pensábamos de 1 hora ha resultado de 3 horas ¡como conducen Dios mío! Pero al fín hemos llegado a Halong. Como nos habían dicho superturístico. Cientos de barcos de madera enormes esperando a su grupo de turist, pero creemos que es la única forma de ver la Bahía. Por fín llegamos y la verdad es que merece la pena que te lleven como a un auténtico turista durante unas horas porque lo que se abre ante nuestros ojos es espectacular. Temo que las fotos no hagan aprecio. El día no está muy despejado lo que le da un aspecto aún más onírico. Nos hacen una paradiña para visitar una cueva enorme natural y preciosa y que invadimos convenientemente. Conocemos una gente muy maja en el barco, a Taina (o algo asi) alemana, tres polacos, una pareja de ingleses y otra tailandesa. Aunque el ingles de Carlos no es muy fluido ¡como se enrolla el tío!