domingo, 5 de octubre de 2008

se nos acabó...


11 de septiembre. Jueves.

Nada es para siempre y hoy es el ultimo día de estancia en Itaparica. Nuestro avión sale a las 11 de la noche de salvador, asi que aun tenemos toda la mañana para disfrutar. Hoy nos vamos a Catú en barca con un almuerzo que nos comeremos a la sombra de las palmeras en la playa y al lado de unas surgencias de agua dulce. Luego nos metemos al interior y paseamos por allí. Es una zona muy verde y frondosa, esta casi toda vallada porque hay mucho terreno particular. Hay una zona en la que querían construir un hotel pero de momento parece que se ha paralizado y solo quedan los terrenos vallados. Supongo que sera cuestión de tiempo, o a lo mejor no, pero de momento toda esta zona esta tal cual, natural, virgen y es genial. Hemos tenido mucha suerte de encontrar un rincón así y a una pareja como Wander y Adriana. Hoy comemos en casa con nuestros anfitriones que luego nos llevaran amablemente hasta Mar Grande y allí nos despedimos hasta pronto (lo hacemos rápido que las despedidas no nos gustan) y montamos en la barca que nos llevara a Salvador. El trayecto resulta de lo mas entretenido. Tenemos olas y la barca se mueve como en las ferias, se me hace un poco largo y me costara que mi estomago se ponga en su sitio. Pereira ¡como no! nos espera con su taxi musical y nos lleva al aeropuerto.
¡Volvemos a casa a esperar el otoño!

Las fotos aquí...

10 de septiembre de 2008


10 de septiembre. Miércoles.

Hoy sale nublado. La idea era que nos dejaran en Catú pasándonos con la barca, pero finalmente no se puede por el tiempo, así que nos iremos todos a Aratuba a comer. Es un pueblo muy turístico en el verano. Parece ser que sus bares que por un lado dan a la playa y por otro a la calle, se llenan de gente y música. Hoy sigue nublado y los bares-restaurantes están cerrados, pero al llegar wander habla con los dueños de uno de los rest que viven enfrente y no tienen inconveniente en abrir la cocina y prepararnos una moqueca de langosta ¡para chuparse los dedos! Nos preparan la mesa en el porche un poco al abrigo porque hoy hace fresquito. Comemos viendo el océano. Lujo tropical. Por la tarde ya de vuelta a casa, disfrutamos del ultimo atardecer. Vemos pasar 1 hombre corriendo por la playa con pesos en los tobillos (aquí hay bastante culto al cuerpo) y una mujer pescadora, con sus aperos y llena de colorines. Cuenta wander que esta mujer en tiempos sufría de constantes dolores de cabeza hasta que un día empezó a ponerse flores en la cabeza y desaparecieron los dolores. Desde entonces siempre se adorna con un prendido de flores frescas ¡que guapa! Hoy nos hacemos la última sesión al anochecer y luego visionamos fotos con wander y adri.

el 9...


9 de septiembre. Martes

Hoy nos iremos al pueblo de la cerámica, maragojipinhos (creo que se escribe así). Salimos sobre las 11 con Adriana. El trayecto es mas largo de lo que pensábamos. Cruzamos el puente que une la isla con el continente y llegamos al pueblo que también es de lo mas autentico. Tiene unos 105 artesanos de la cerámica. Los lugares de trabajo y de venta son cabañas, unas mas grandes que otras, con su antiguo horno de piedra. Allí veremos apilados montonadas de platos, vasijas, jarras, ollas, cerditos, figuritas varias… vemos como trabajan el barro, mas tarde veremos como cargan un barco de vela con productos ya terminados, que llegará a salvador de bahía para descargar la mercancía por ejemplo, en el mercado modelo. Nosotros preferimos comprar algún detalle para la familia, aquí en el pueblo. Nos iremos a comer a Nazare. Es un pueblo mucho mas grande que ninguno de los que hemos visto, con casonas de estilo colonial y un río que lo atraviesa. Después de comer (en una churrascaria donde probamos la carne argentina, buenísima) nos perdemos por el mercado de Nazare que no tiene desperdicio. A las 4 ya decidimos volver no sin antes hacer una paradita en el río, y caminar un rato por el camino que lo vadea hasta un alto desde donde se divisan praderas verdes con vacas y ovejas pastando, palmeras , bambú, … resulta alucinante, como todo lo visto hasta ahora.
Llegamos a casa a punto de ver la puesta de sol, luego caipirinha en el bar de Santana…

el 8 de septiembre nos depara sorpresas, como todos los dias...



Hoy va a ser un día tranquilo. Wander y Carlos van al pueblo de al lado para hablar con un pescador amigo a ver si por lo menos un día puede salir a bucear. Parece ser que hay mantas (aunque pequeñas) y a veces incluso delfines. Hoy Wander nos prepara en casa un pescado envuelto en hoja de platanero y a la brasa con pimientos, tomates y pataticas. Delicioso, un lujazo. Puesta de sol fantástica. Vienen niñas a ver a Adriana que tiene con los niños y niñas un proyecto muy majo, hacen actividades como teatro (el año anterior prepararon uno sobre el circo y se aprendieron todas las canciones de los payasos de la tele) hacen pulseritas, les enseña español y están encantadas-os. Cuando se va a España la echan de menos y están deseando que vuelva

siete de septiembre, suma y sigue...



7 de septiembre. Domingo.


Como nos acostamos tarde nos levantamos tarde ( a las 8) y sin resaca . Hoy en el desayuno hay crepes de plátano que nos prepara Adriana. Sobre las 10 Adriana nos llevara en coche a Baiacú. Antes de llegar al pueblo visitamos una iglesia en ruinas que se sostiene por los árboles que crecen y echan sus raices entre sus muros (nos acordamos de Angkor) hay un chico que dice es el que la limpia y guarda y nos cuenta que se celebran misas cristianas y también ceremonias de candomble. Ponen el altar al fondo, donde se encuentra una cruz, y hacen un pasillo con palmas y velas (tiene que ser digno de verse) hay también altarcillos con santos (hay mucho san jorge con el dragon que aquí se le llama no se como) en las ceremonias a cada santo se le ofrece un fruto y una vela con su color. Dejamos la iglesia y llegamos al pueblo que es brasil profundo. Son pescadores y hay buen marisco para comer nos han dicho, asi que nos comemos una moqueca de marisco en casa çeçe. Debe ser porque es domingo todo el mundo esta en la calle, bebiendo cerveza en la plaza y con música bien fuerte ¡vaya marcha a las 12 del mediodia! Monton de niños tambien que quieren que les hagamos fotos para despues verse en la pantalla. Posan siempre poniendo cara de malos, o disparando o poniéndose cuernos, sobre todo hay uno que se llama giovanni… asi que nos ponemos las botas de hacerles fotos. Es un pueblo muy humilde pero con encanto, como todos. Cerca de la playa hay secaderos de pescado. La gente encantadora como siempre, nos hemos sentado a tomar una skol bien fría y todo el mundo te mira y sonríe. Aquí es donde mas casitas de barro veo. Se están prohibiendo porque se crían unos insectos en ellas, tambien hay mulos y caballos que llaman patas largas que son montados de una forma muy especial, mientras el caballo va al trote el jinete ni se cantea. Baiacú me parece de lo mas autentico. Esta tarde carlos nos dara una sesion de yoga al atardecer, cuando terminamos es ya de noche y vemos los tres a la vez una estrella fugaz bien grande, todo un detallazo.