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18 de noviembre, domingo de mercado.

Visitamos los jardines étnicos de Sapa, que dominan el techo de la ciudad. Disfrutamos de la vistas y a las 10 entramos en un conciertillo de música tradicional de las etnías de la zona; Dao, D'Mong negros, D'Mong flor y otras que no recordamos su nombre.
Dejamos el hotel antes de las 12. A las 16.45 tenemos que coger el microbus que nos lleva a Lao Cai para el tren de vuelta a Hanoi. Antes de coger carretera daremos vueltas por Sapa durante 45 minutos recogiendo gente. Si el microbus es de 13 plazas, viajamos 18, pero todo muy animado. Era como los Marx en el camarote. Durante el viaje se le durmió en el hombro a Carlos, una señora con moño. Menos mal que solo dura una hora. Pero fué divertido.
Llegamos a la estación con dos horas por delante, cenamos algo, subimos al vagón litera y a dormir toda la noche, o asi...

17 de noviembre, hoy en moto...

Quedamos con Teen, que nos llevará con otro amigo a la entrada del camino que nos llevará a Ta Ko, tenemos 2 horas por delante para pasear solos por el bosque. No nos encontramos a ningún turis y el primer encuentro es con una kundalini del "15". Nos sigue una mujer D'Mong que luego desaparece por el camino.
El paisaje es muy hermoso, como el de ayer. En una bifurcación decidimos tomar el camino que sube y en buena hora ya que nos conduce a una aldea donde nos salen al paso unoa decena de niños que en ese momento salen de la escuela y literalmente somos rodeados y empujados por ellas y ellos entre risas hasta llegar a la última casa donde un joven nos invita a entrar y tomar un poco de "vietnamis tea".
Entramos en una gran estancia con varios espacios distintos; a un lado, un abuelo fumando opio, cuida un fuego. A nosotros nos sientan en una mini mesa y nos sirven unos mini tes.
Al otro lado de la puerta hay otro fuego mas grande donde están preparando un gran cuenco de arroz. Al poco llega una mujer joven cargada de leña que deposita al lado. La casa huele muy bien y es acogedora, tibia.
No me puedo creer lo que estoy viviendo y tengo subidón. Nos hubiéramos quedado a dormir varios dias. Aquí no hablan inglés, y nos entendemos como podemos.
Nos reimos con los niños haciendo payasadas y aviones de papel. Algún truco sencillo de magia. A la vuelta, curso acelerado de magia.

Les damos el papel que llevamos, un cordino, pinzas. No sabemos que mas darles a parte de nuestra gratitud. Solo por esto ha merecido la pena el viaje.
Volviendo tomamos el camino por el que desaparecio la mujer D'Mong y llegamos a un río donde la suerte de coincidir con un pescador trabajandose su rio con una red circular. Saltando de piedra en piedra pescando cada poza. Nos miramos y nos sonreimos, nada mas.
Aún queda Ta Phin donde paseamos acompañados por una jovenciata que no para de cascar en inglés y de reirse. Nos hace unos arreglo florales que nos deja patidifusos.

Comimos en un chiringuito poco frecuentado. El propietario, quizás por agradecimiento, quizás por el opio sale del interior y le da un abrazo a Carlos de los pretos. Muy tierno.
Día redondo...

Ta Va, el 16 de noviembre entramos en la montaña...

Desayunamos y nos vamos a buscar a nuestro guía indígena. Nos espera un paseo de 5 horas, al que voluntariamente se une una mujer DAO. Me acompaña todo el camino, me da la mano, me ayuda en algún paso. Intenta ayudarme con la mochila... un encanto; aunque al final sabemos que su intención es vendernos zarrios monísimos.

Dejamos la carretera y empezamos a bajar hacia el río. Poco a poco se va viendo el paisaje asiático. Bambú por todas partes, enorme, campos de arroz, aunque ahora está recogido. Están quemando rastrojos para preparar la siguiente cosecha. Nos encanta, hemos tenido suerte con el día. Hace sol: Aquí lo habitual es la niebla espesa. A lo largo del camino el guía nos hacer parar "five minutes" en alguna cabaña de sus coleguis para refrescarnos y dejarnos alguna perrica. No nos importa, el dinero se lo quedan ellos directamente. Esta zona fue castigada después de la guerra con EEUU con otra guerra probablemente más cruel con China. Y ahora aparecemos los turis en una guerra mucho más amable. A mitad de camino paramos en una cabaña y cada guía prepara la comida a "sus turis": tomates, pepino, plátanos, naranjas y quesitos. Otros turis tenían tortillas. Nosotros eramos de menos clase.
A las 2 de la tarde llegamos al punto de cita con los coches para volver a Sapa. Hay paseos de 1/2 día, de un día entero, de 3 días, pudiendo dormir en las aldeas de las tribus. Te acojen en sus casas con mucha amabilidad.
El pico más alto es el Fansipan con 3.143. Tiene un ascensión técnicamente fácil pero que requiere una buena forma física con 3 días para llegar a la cumbre desde Sapa. Durante el paseo vemos tres escuelas de primaria y secundaria. El guía se muestra orgulloso. Incluso nos encontramos dos maestras que hacen el camino a pie y que se paran a hablar con nuestra mujer DAO. Leen las camisetas intentando descubrir nuestra procedencia. Lo mejor para nosotros es la gente, sobre todo los niños con sus mocos. Algunos a medio vestir, otros con uniforme y cartera. Conozco a Nao, que va camino de su casa desde el colegio. Empezamos a aprender vietnamita, hola es "xin chao" y adios es "tan biet", ya sabíamos dar las gracias; "ca mon". "Maa" es caballo y "Daa" un especie de árbol habitual en Hanoi. El guía se rie mucho enseñando a Carlos a decir Maa...
A las tres en casa y a comer al "Albergue", que nos gusta. Con aroma francés y una buena cocina es el sitio que recomendaríamos para dormir en Sapa.