domingo, 16 de diciembre de 2007

Sapa, por fin, la montaña...




15-11-2007

Llegamos a Lao Cai. Y de allí en microbús a Sapa. Una hora de carretera de montaña con niebla cerrada. Para morirte de risa. Luego hicimos esta carretera con sol y realmente no parece la misma.
Hay que decir que aquí en lugar de mirar, pitan para avisar que adelantan. El concepto de raya continua es exótico. Siempre que da el recurso de parar todos y decidir quien pasa primero. Por ejemplo 2 camiones, el microbús y un par de motos.

Nada mas llegar y poner un pie en el lugar, un grupo de niñas con tarjetas de hoteles, nos rodean intentando que vallamos a su hotel. Nos dejamos llevar por una que se aleja cada vez mas y cuando llevamos unos minutos andando decidimos volver y desayunando pensar donde vamos a dormir.

Elegimos el hotel sugerido por Hông que resulta ser el hotel del régimen con las tres “F”, frío, feo y enorme. Es el hotel de los guripas del partido. O de los urbanitas de posibles. Como es el segundo intento decidimos quedarnos. Podéis juzgar por la foto. Una ducha rápida y a patear Sapa, y a reírnos. Está lleno de gente, turis, guías, y mujeres, sobre todo mujeres. Mujeres D’Mong, Dao, acosándote para que les compres, ropa abalorios, postales, instrumentos musicales y un sin fin de pichorras. Son encantadoras, se ríen muchísimo y muy cariñosas. Son bajistas y de todas las edades. Con sus atuendos de colores y negros.

Hay una calle con puestos de comida, frutas, verduras y flores. También está el mercado. Ropa, abalorios, con las mujeres trabajando mientras intentan venderte las bragas. Mujeres de manos azules por los tintes naturales que emplean. El paseo resulta agradable y a pesar de la niebla nos sentamos en una terraza, donde empiezan a llegar mujeres guapísimas que mientras se enrollan con Carlos yo fotografío.

http://picasaweb.google.com/carlosdolader/SaPa

1 comentario:

Vicky méndiz dijo...

Me llegan vuestras risas y las de las mujeres D´Mong y me recuerdan que por muy mal que nos sintamos los buenos amigos y la buena energía también la llevamos en la mochila.
Sólo confiar y acceder a ella
Mil abrazos